Muchas veces las personas le damos demasiadas vueltas a las cosas, más de
lo que debiéramos. El hecho de que pensemos es lógico, la mente nunca se queda
en blanco, pero en ocasiones nos gustaría centrarnos más en lo que realmente
importa y dejar de pensar en preocupaciones y problemas que nos roban espacio mental,
para llenarlo de aquello que nos sea más productivo.
A continuación detallamos algunos pasos que seguro que nos ayudarán a
pensar con más claridad y poner paz en nuestra mente:
1. Establezcamos una perspectiva más
amplia para las cosas: a veces nos obsesionamos con una de las opciones de las que disponemos
sin tener en cuenta todas las demás, tenemos una visión de todo o nada. Pero la
mayoría de las decisiones no funcionan de esta manera, sino que existe un
abanico más amplio de opciones para elegir. Lo que nos ocurre, es que al tener
nuestra atención reducida solamente en una de ellas, nos origina una “visión
túnel” que nos impide ver el resto de cosas que están a nuestro alrededor.
2. A la hora de decidir, creemos
márgenes cortos de tiempo: el hecho de que decidamos con rapidez lo solemos asociar con la toma de
decisiones erróneas, pero no siempre sucede así. El problema de darle
demasiadas vueltas a las cosas, es que las decisiones tienden a alargarse y
hacerse eternas. Si establecemos tiempos más cortos, teniendo en cuenta todas
las opciones posibles y sus
consecuencias, pasaremos a ser personas
de acción.
3. Entendamos que no podemos controlarlo
todo: en ocasiones nos
saturamos debido a que queremos abarcar demasiadas cosas a la vez y esto nos
puede suponer un desgaste físico y mental innecesario. Tenemos que aprender que
cosas podemos priorizar según su importancia y cuáles de ellas podemos delegar a
otras personas. Seguramente cuando nos sentimos desbordados es porque estamos
cargando con cosas que ni siquiera son nuestras.
4. En las situaciones en las que no
podemos pensar con claridad, digamos “basta”: hablamos de una técnica que se llama detención del
pensamiento y que se utiliza cuando nos resulta difícil dejar de preocuparnos.
Cuando detectemos que estamos dándole demasiadas vueltas a las cosas, intentemos
parar este proceso, decir la expresión “basta” y a continuación introducir
alguna distracción ya sea pintar, correr, ver la televisión, leer…
5. Alejémonos de nuestros miedos
confusos: muchas veces nos
perdemos pensando en cosas que tememos que sucedan, sin tener la certeza de que
nuestros pensamientos están en lo correcto. Al focalizar nuestra atención en
los temores es cuando aparece el miedo, ya que los percibimos como reales y
amenazantes. Intentemos ponerle nombre a nuestros temores y pensemos si son
lógicos, en que pasaría si sucediera de verdad, establezcamos planes
alternativos e intentemos controlarlos para que ellos no nos controlen a
nosotros.
6. hagamos ejercicio regularmente: ya sabemos que el ejercicio físico, tiene múltiples beneficios tanto para el
cuerpo como para la mente. Está demostrado que hacer ejercicio de manera
regular nos ayuda a pensar mejor y de forma más clara. A través del movimiento
mantenemos al cerebro más oxigenado y nos ayudará a bajar nuestros niveles de
ansiedad, que es la causante de nuestras preocupaciones.
7. vivamos en el presente: si vivimos en el ahora conectaremos
mejor con nosotros mismos y nos centraremos en lo que realmente está ocurriendo
en el presente. Se trata de que ocupemos nuestra mente con solo una cosa, la
que está ocurriendo en este mismo momento.
8. Rodeémonos de personas que tienen una
forma clara de pensar: todos sabemos que nuestro estado de ánimo, sentimientos y emociones a
veces se ven influidos por las personas que nos rodean. Así pues, por último y
no menos importante es el hecho de que si nos rodeamos de personas que hacen
las cosas bien, nos influenciará para que nosotros también deseemos hacer lo mismo.
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