martes, 10 de noviembre de 2015

¿Sabes establecer tus límites?


El que seamos capaces de establecer límites en nuestra vida y el llegar a cumplirlos es básico, ya que nos ayudará a demarcar a aquellas relaciones que mantenemos con las personas que nos rodean, pero también y no menos importante, nos ayudará a no olvidarnos de lo que queremos y de quienes somos. Si no somos capaces de poner límites, dejaríamos que nuestra vida se mueva al compás que marquen los demás.

Como es natural, nos encontraremos con personas que estén acostumbradas a controlarnos o manipularnos, generalmente, son estas personas con las que a su vez , mantenemos lazos más estrechos y no queremos herir sus sentimientos y por tanto resulta más complicado el llegar a manejar dichas situaciones.





Veamos a continuación como empezar a establecer nuestros límites con unos sencillos pasos:

  1. Establezcamos cuáles son nuestras creencias y valores: el punto fundamental para poder establecer tus propios límites es llegar a conocerse uno mismo, y saber donde está nuestra flexibilidad. Si no queremos ser controlados por los demás es necesario saber que queremos lograr, quienes somos y tener claro todos estos conceptos.

  2. Tenemos que ser capaces de hacer nuestras propias valoraciones: es sano en  determinadas ocasiones saber la opinión de los demás para tener nuevas perspectivas de la vida o resolver una duda de la que carecemos de experiencia. Pero esto no necesariamente implica que los comentarios y opiniones de los demás determinen que tengamos que cambiar de opinión, que no estemos en lo correcto o que dejemos manipularnos.  Recuerda que ellos te están mostrando una opinión a través de su propia perspectiva, pero que finalmente serás tú, el que tenga que lidiar con el problema.

  3. Seamos concretos con nuestros límites: si tus límites son demasiado amplios o se contradicen entre sí, puede que el resto de personas no sean capaces de entenderte o ni siquiera te respeten. Intenta establecer objetivos más concretos, así de esta forma serás capaz de decir NO, cuando lo que te exijan supere dicho límite.

  4. No contradigamos nuestros limites: si es importante tener nuestros propios límites, no menos es llegar a cumplirlos. Por ejemplo si te propones tener tu propio espacio en el que desconectarás el teléfono y no contestarás ningún mensaje, de nada sirve que poco a poco empieces a contestar a aquellas personas que por motivo de enfado, te sientas obligado a hacerlo. Esto no significa que seamos rígidos, si en algún momento tenemos que atender una llamada o sms importante, simplemente significa que si nos planteamos unas metas, tenemos que ser fieles para poder cumplirlas.

  5. Seamos claros con nuestros limites: no todas las personas que nos rodean saben los limites que nos planteamos, más aun si hasta ahora nos hemos dejado llevar por sus consejos. Por tanto, si a partir de ahora vamos a establecer ciertos limites es necesario que las personas que nos rodean y puedan estar involucradas tengan claro cuales van a ser. En este caso debemos ser lo más concretos posibles sin llegar a ser agresivos, ni molestos.



Si somos capaces de establecer nuestros propios limites y cumplirlos estaremos más seguros de nosotros mismos. Es una manera sana de quererse y respetarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario