jueves, 4 de febrero de 2016

Personas controladoras obsesivas. Los gaslighting. Otro tipo de maltrato psicológico.

Hacer luz de gas o gaslighting es una forma de abuso psicológico que consiste en presentar falsa información para hacer dudar a la víctima su memoria, percepción, cordura  y hasta de los hechos que presencia. []Esto puede ir desde simples negaciones por parte del abusador de que determinados eventos hayan ocurrido, hasta la escenificación de situaciones extrañas para desorientar a la víctima. Se trata de un eficaz método de acoso, basado en manipular las situaciones con el fin de anular la voluntad de la víctima.
Sin embargo, el gaslighting suele ser complicado de detectar, ya que casi nunca usan la violencia. De hecho estas personas, suelen ser muy amables y siempre colocan a su víctima en un pedestal, con la intención de que no ponga en duda sus intenciones. La mayoría de las veces, los manipuladores se manifiestan como defensores de sus víctimas, cuando en realidad lo único que buscan es someterlas.


El término "hacer luz de gas" proviene de la obra Gas light y sus adaptaciones al cine. El término es ahora usado en literatura clínica.[]


El término deriva de la obra de teatro de 1938 Gas light (conocida como Angel Street en Estados Unidos), así como de las adaptaciones fílmicas de 1940 y 1944. El argumento trata de un hombre que intenta convencer a su mujer de que está loca, manipulando pequeños objetos de su entorno e insistiendo constantemente en que ella está equivocada o está padeciendo lagunas de memoria cada vez que ella menciona estos cambios. El término parte de las lámparas de gas (gas light) que el marido usa en el ático mientras busca el tesoro escondido. La mujer avista dichas luces, y él le insiste en que no son más que delirios.


¿En qué consiste el método que utilizan?








Suele ocurrir con más frecuencia dentro de la pareja y/o familia, ya que se dan las condiciones oportunas para conseguirlo sin que interfieran otras personas.

El acosador tiene una relación privilegiada con su víctima y además suelen ser personas con una gran capacidad de convencimiento, son manipulativas y desde luego, malévolas.
Para que se produzca el acoso, siguen por  regla general los siguientes pasos:
-Manipulan la realidad: son capaces de generar situaciones que ellos generan y luego te negarán, con el fin de que pienses que lo que has visto, escuchado, sentido…no es cierto.


- Invalidan tu percepción: intentarán convencerte de que tus sentidos te engañan, y para llegar a ello, negaran cualquier hecho que hayan observado, te harán creer que tus amigos son tus enemigos y que actúan para hacerte el mal, te acusarán de cosas que no has hecho…


-Limitaran tu vida social: tratarán de aislarte todo lo que puedan, e intentaran que nadie pueda relacionarse contigo, a no ser que esté el mismo presente, con el fin de que nadie interrumpa su proceso. Por ello, te harán desconfiar de todo y de todos para que no puedas airear la información de lo que te ha hecho pensar que está ocurriendo, de esta forma, ves como tu circulo cada vez se va cerrando más y más, hasta que el espacio que te deje, el manipulador lo considere como seguro.

-Te harán dudar sobre la forma racional que tienes de pensar: una vez que han conseguido debilitarte, que llega un momento que hasta dudas de tus conductas, y solamente crees en lo que te dice ésta persona, es cuando entonces te hace creer que deliras.
- Una vez llegado a este punto, el acosador aprovechará cualquier arrebato que tengas de ira, de estallido emocional, para demostrarte a ti y a los que te rodean, lo enferma que estás y que por tanto, debes de dejar cualquier tipo de actividad social (si es que todavía te ha dejado alguna), para que solamente dependas de él.
A partir de este momento la victima está totalmente en manos de su verdugo, en quien confía plenamente, aún después de los daños que le ha producido.
Existe el convencimiento  por parte de la víctima, de que se está atravesando un trastorno mental y  es cuando se establece una relación de dependencia patológica, difícil de romper sin que exista una intervención externa.
Comienza entonces a instaurarse la patología en el organismo, cosa que antes no existía. La depresión, ansiedad, arrebatos emocionales, crisis de nervios e incluso trastornos obsesivos son los síntomas que se dan con más frecuencia y que llegan incluso a incapacitar a la victima para tomar cualquier decisión.
La víctima llegada a este punto, ya ha perdido cualquier tipo de credibilidad, su cordura se encuentra en entredicho, sus familiares y amigos los cuales desconocen las maniobras del acosador, aceptan que existe algún tipo de trastorno mental en la victima  y, por tanto queda anulada de autonomía. Familiares y amigos, se ponen del lado del acosador alejándose de la víctima.
En ese momento el maltratador está seguro de los resultados de su actuación y, por tanto  levanta la guardia ya que piensa que los hechos, hablan por sí solos.
Quien prefiera obviar los hechos, por comodidad, está colaborando con un verdugo, con la mezquindad de alguien que se cree con capacidad para incapacitar a otra persona, con una situación de terror psicológico.
Si con suerte, la victima encuentra a una persona fuera de ese círculo, que intenta ayudarla a quitarle la venda de los ojos, a que vuelva a recuperar la confianza en ella misma,  el maltratador saldrá de su vida dejando todo atrás en busca de otra víctima que sea de características similares a las que tenia la victima anterior antes del cambio.
Las características que buscan de sus víctimas, son personas inseguras que necesiten de la aprobación externa, aunque son capaces de moldear a su víctima si no tiene estas características, mediante sus manipulaciones emocionales, hasta minarle su autoconfianza.
Perfil de la víctima.
Existen tres características que hacen que una persona sea más proclive a ser víctima del gaslighting:
1. Necesidad de tener la razón. Parece increíble, pero cierto. Las personas que siempre quieren tener la razón, son más propensas a sufrir este tipo de manipulaciones, ya que suelen enzarzarse en discusiones que se desvirtúan del tema principal y entran en el peligroso terreno de la subjetividad. Además,  el deseo de llevar  la  razón también implica una visión en blanco y negro del mundo, por lo que cuando sus argumentos no tienen solidez, tendrán la tendencia a asumir los de la otra, sin darse cuenta de que ambos argumentos son simplemente perspectivas diferentes.


2. Necesidad de aprobación. La necesidad constante de aprobación desvela a una persona insegura, que viven complaciendo los deseos de los demás. Obviamente, el manipulador aprovecha esta debilidad a su favor.


3. Necesidad de afecto. El gaslighting suele buscar personas que mantienen una estrecha relación afectiva. De hecho, a menudo la víctima idealiza al manipulador, a quien lo ve como un “salvador” o “defensor”.


¿Cómo superar el gaslighting?


La mejor solución es aprender a detectarla a tiempo. Es importante que aprendas identificar a este tipo de personas. De hecho, si alguien te hace sentir mal continuamente, hace que dudes de ti mismo y destruyen tu autoconfianza y la seguridad en ti, es porque estás junto a una persona toxica y por tanto debes mantenerte en alerta.


Si te encuentras junto a una persona que continuamente pone en duda tus sentimientos, ideas y opiniones, es muy probable que lo esté haciendo para acabar con tu autoestima y manipularte. Nunca dejes que nadie ponga en duda lo que piensas o sientes.


Para terminar, considera el hecho de que es mejor no discutir con este tipo de “personas” ya que su objetivo no es llegar a comprenderte, sino manipularte.


Una vez logrado superarle, aléjate de esa persona todo lo que puedas.


 




 


 Fuentes:


1.      Dorpat, T.L. (1994) "On the double whammy and gaslighting." Psychoanalysis & Psychotherapy, Vol. 11(1), 1994, 91-96.




3.      Jacobson, Neil S.; Gottman, John Mordechai (10 de marzo de 1998). When men batter women: new insights into ending abusive relationships (en ingles). Simon and Schuster. pp. 129–132. ISBN 978-0-684-81447-6. Consultado el 16 de junio de 2011. 


4.      Rush, Florence (Febrero de 1992). The best-kept secret: sexual abuse of children (en ingles). Human Services Institute. p. 81. ISBN 978-0-8306-3907-6. Consultado el 16 de junio de 2011. 


5.      McPartland, Marian (2005). Marian McPartland's Piano Jazz with Steely Dan. Beverly Hills, CA: Concord Records.

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